No paráis de preguntarme (y preguntaros): ¿Que haces para que tus hijos sean tan ordenados? ¿Como es que te obedecen y tienen tan bien sus cuartos? ¿Porqué siempre tiene el mio la habitación como una leonera? ¿Es normal que tenga que repetirle que recoja su ropa cien veces al día?
La respuesta es fácil y difícil a la vez. Se pueden escribir enciclopedias sobre esto.
Pero hay algo claro, les consientes que sean así. Punto. Se que no gusta oír esto. Pero lo veo en muchas casas.
Estamos en una sociedad en la que creemos que el ideal de educación de nuestros retoños es evitarles el esfuerzo. En todos los ámbitos. Que no sufran. Y para esto les das todo hecho. Y todo ya, en cuanto lo piden. Que no vayan a sentirse frustados. Ahí está la clave. como no quieres verle triste, no quieres oírle llorar (es bueno que los niños lloren, decía mi abuela, se les abren los pulmones) pues a darle todo. Y a hacerle todo.
Y en este punto, es cuando nuestro papel de padres debería jugar sus mejores bazas. Deberíamos enseñarles a gestionar esta actitud, a aceptar este estado, a saber esperar, que todo no es inmediato. Este manejo de la frustración desde el cariño y la comprensión, solo va a hacerles mejores personas. Mejorar la paciencia, la convivencia, motivarles y subir su autoestima son algunas de las cosas que vas a conseguir.
Hazles saber que tienen deberes y obligaciones, que para tener recompensas hay que ganárselas. Y empieza desde ya.
En cuanto un niño tiene cuatro o cinco años, ya puedes empezar a implementar pequeñas rutinas de orden. Poco a poco.
Por ejemplo, hacer la cama. Además ahora que se suele tener un edredón tipo nórdico, que es estirar un poco la bajera y apañado, no le llevará más de dos minutos hacerlo. Y darles un abrazo o un pequeño aplauso cuando lo haga, incluso aunque no lo haya hecho muy allá, esto les motivará a continuar. Ese fue mi método con mis hijos cuando eran pequeños, lo hicieran como lo hicieran lo celebrabamos como si fuera una fiesta. En cuanto salían por la puerta me daba media vuelta y estiraba bien la cama. No tengo que contaros que actualmente la hacen perfecta, ahora que son mayores hasta el cambio de sábanas lo hacen ellos. Yo en su habitación ni entro. Toda la limpieza, colocación de ropa y orden en sus cuartos es cosa suya. De ahí la envidia de amistades y familiares.
Igualmente si pones los juguetes o las cajas que los contienen en los estantes o espacios que queden a su altura, podrán iniciar las rutinas de recoger según terminan de jugar. Cada cierto tiempo les añades una labor nueva, guardar sus zapatos, doblar su ropa (el doblado vertical les encanta, es como un juego para ellos), pasar un trapo para el polvo por la mesa, etc.
También puedes añadir alguna función que sea en provecho de la convivencia familiar… por ejemplo, se pueden encargar de poner la mesa. O si tienes dos hijos, uno la pone y otro la quita. O ayudar a quitar el lavavajillas, o acompañar a un adulto a tirar la basura. Pequeños gestos, que se convertirán en rutina. Así se sentirán por un lado útiles y por otro, les enseñaras que hay muchas cosas que hacer en una casa, que colaborando un poco cada uno, se reduce la carga. Y en un futuro tendrán asimilado que colaborar es algo estupendo. Y en sus estudios, profesiones, en sus actividades diarias esto les vendrá muy bien. Vamos, la vida misma, que se las estas enseñando tal cual es. Se empieza por algo mínimo que luego van a usar en el día a día en diferentes momentos y circunstancias.
El tema de premiarles dependerá de los críos, su predisposición, su dificultad, o lo que pactéis en casa. Pero mi recomendación es darles un detalle si al acabar la semana han completado un alto porcentaje de las tareas asignadas. O mejor aún regalarles una tarde especial, una experiencia, desde un cine a un paseo en bici por un parque, o una excursión a la montaña, o tomaros juntos en familia unos helados sentados en una terracita. Alguna vez también puedes colaborar con un donativo para su hucha, unas moneditas les hace mucha ilusión, no nos vamos a engañar.
Funciona muy bien hacer un cuadrante con las tareas de cada uno (que vean que papa y mamá tienen también alguna asignada) y dejarlas por escrito a la vista, y poner pegatina por día completado (a los niños, que los adultos lo hacen por que es su obligación, y que esto lo aprendan desde pequeños: que no se crean que los premios son eternos, ay pobres… más pronto que tarde se darán de bruces contra la realidad).
¿Ves? No es complicado hacer de tus hijos niños organizados, futuros hombres y mujeres ordenados y esto se reflejará en su futuro, lo sentirán de manera natural y siempre te lo agradecerán.
Serán hijos del orden.
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